Santiago Undameo

Me encanta. Es el lugar perfecto si quieres conocer más de lo que se vive día a día en Morelia.
-Rosario Hernández, visitante de Santiago Undameo.



Santiago Undameo


Conoce un poco de nuestra cultura.

ATRAPADA en la fuente de la cantera que reposa en el atrio, el agua verdosa dibuja y pinta la fachada, ya anciana y difusa, del tiempo dedicado a Santiago Apóstol. Retrata las nubes efímeras y rasgadas por el viento que, en ocasiones, escapan, se aglomeran y forman figuras caprichosas, hasta desvanecerse en el horizonte, donde repiten su historia y prueban otros trazos.


Circular, con la escultura de un misionero al centro, la fuente refleja, en uno de sus extremos, una arcada blanca y bermeja, un pino, la silueta de una montaña que descansa majestuosa y un pedazo de cielo azul. Son trozos del mundo contenidos en los reflejos de la vieja fuente.


Es domingo. El viento matinal sopla constante y fresco hasta el lomerío, donde se asienta, desde tiempos remotos, Santiago Undameo, que entonces, en las horas, precolombinas, era conocido como Necotlán. Viajero incansable, el viento acaricia las fachadas agónicas de adobe y estimula el desasosiego del campanario, donde toca el bronce fundido un día de antaño, para después huir, marcharse hacia las callejuelas desiertas, la campiña y el bosque.



Galería de fotos, próximamente.