Tiripetío

Tratamos de conservar el pueblo como un lugar pintoresco y llamativo no solo para nosotros, sino para los visitantes.
-Belisario Mindiola, habitante de Tiripetío.



Tiripetío


Conoce un poco de nuestra cultura.

LOS MINUTOS, las horas y los días, acumulados en años, en centurias, desdibujan el paisaje y dejan huellas indelebles de su paso, en complicidad con el viento, la lluvia y el sol, en un juego que parece inevitable y, no obstante, reserva ciento encanto.


Vagan las sombras del pasado en ese pueblo minúsculo. Es pequeño rincón del mundo donde funcionó, en minutos coloniales, lo que se considera la primera casa de altos estudios de América. La fundaron los otros, los de entonces, los misioneros agustinos. La pinacoteca celeste, de la que cuelgan luceros acomodados geométricamente, se disipa cuando aparece, en cierto instante, la luz del sol que recién asoma entre las nubes y la neblina de las primeras horas de la mañana.


Es domingo. El campanario del templo virreinal, dedicado a San Juan Bautista, invita a las familias a reunirse en el atrio, en el recinto sacro, donde se perciben las huellas y el tránsito de los evangelizadores agustinos. Junto al ex convento, el templo resguarda el órgano vetusto sobre el coro.



Galería de fotos, próximamente.